Cirisis Grandes y pequeñas
Crisis grandes y pequeñas
Fco. Javier Chaín Revuelta
El capitalismo es una formación social en la que históricamente se alternan fases de crisis y estabilidad. Diferentes fases abren distintos espacios de acción económica. De ahí que la periodicidad del desarrollo capitalista sea no sólo un desafío intelectual, sino un desafío político. La economía política parte de una comprensión histórica del tiempo y de ahí se limita el concepto de lógica y del tiempo siempre repetible. En este sentido el capitalismo es una formación histórica, la que se produce en un determinado tiempo y en un determinado lugar. El capitalismo se concreta en esos distintos lugares pero no de la misma manera. Más bien hay diferentes formulaciones histórico-geográficas de capitalismo, o sea distintos capitalismos. Algunos funcionan mejor otros peor, algunos amplían las oportunidades de vida de las personas otros acaban con ellas.
La teoría de la regulación se concentra sobre todo en una etapa histórica determinada, concretamente en el periodo de la postguerra, el que fue percibido como una fase de desarrollo capitalista estable. Esa imagen veloz y pintarrajeada del capitalismo de la postguerra es conocida como el fordismo, como el periodo de la producción masiva para un consumo masivo. Sin embargo los decenios de estabilidad de la postguerra se continuaron, desde los años 1970, con una profunda crisis mundial del modo de desarrollo de los Estados nacionales centrales. La acumulación se detuvo y las viejas formas de regulación no hicieron posible por mucho tiempo el restablecimiento de un ciclo capitalista que funcionara.
Se dice que en las crisis muere lo viejo, en tanto lo nuevo no acaba de nacer. Las fases en las que el desarrollo se desliza por carriles estables, en los que existe la certeza que mañana se podrá negociar igual que hoy se diferencian de las fases donde no existe tal certeza respecto al futuro. Esto no significa que cualquier inseguridad sea una crisis que plantea interrogantes sobre las estructuras, como por ejemplo un dispositivo, o una regulación estable.
En las pequeñas crisis permanecen intactas las estructuras, las acciones se ajustan y de esta manera en poco tiempo se restablece la estabilidad. En las crisis mayores las estructuras tambalean. Las rutinas arraigadas no funcionan. Las expectativas hacia el futuro aumentan, las posibilidades de organización del desarrollo se incrementan. En esos momentos la formación capitalista está dispuesta. En una coyuntura de crisis las acciones adquieren mayor significado y los hombres pueden hacer su historia y geografía.
Cuando se producen confrontaciones sociales dentro de un orden estable se trata de crisis menores. En cambio, las grandes crisis son crisis de las estructuras, es decir de la acumulación, la regulación y el dispositivo. En crisis pequeñas las posibilidades de acción están acotadas a pequeños cambios de rumbo, pero en ningún caso a cambios radicales. En crisis mayores en cambio, es posible introducir cambios más profundos. En cualquier caso, no sólo se destruyen las viejas, sino que se construyen nuevas estructuras que en los hechos resulten duraderas. Luego de una gran crisis la sociedad transita un camino nuevo. fjchain@hotmail.com
El capitalismo es una formación social en la que históricamente se alternan fases de crisis y estabilidad. Diferentes fases abren distintos espacios de acción económica. De ahí que la periodicidad del desarrollo capitalista sea no sólo un desafío intelectual, sino un desafío político. La economía política parte de una comprensión histórica del tiempo y de ahí se limita el concepto de lógica y del tiempo siempre repetible. En este sentido el capitalismo es una formación histórica, la que se produce en un determinado tiempo y en un determinado lugar. El capitalismo se concreta en esos distintos lugares pero no de la misma manera. Más bien hay diferentes formulaciones histórico-geográficas de capitalismo, o sea distintos capitalismos. Algunos funcionan mejor otros peor, algunos amplían las oportunidades de vida de las personas otros acaban con ellas.
La teoría de la regulación se concentra sobre todo en una etapa histórica determinada, concretamente en el periodo de la postguerra, el que fue percibido como una fase de desarrollo capitalista estable. Esa imagen veloz y pintarrajeada del capitalismo de la postguerra es conocida como el fordismo, como el periodo de la producción masiva para un consumo masivo. Sin embargo los decenios de estabilidad de la postguerra se continuaron, desde los años 1970, con una profunda crisis mundial del modo de desarrollo de los Estados nacionales centrales. La acumulación se detuvo y las viejas formas de regulación no hicieron posible por mucho tiempo el restablecimiento de un ciclo capitalista que funcionara.
Se dice que en las crisis muere lo viejo, en tanto lo nuevo no acaba de nacer. Las fases en las que el desarrollo se desliza por carriles estables, en los que existe la certeza que mañana se podrá negociar igual que hoy se diferencian de las fases donde no existe tal certeza respecto al futuro. Esto no significa que cualquier inseguridad sea una crisis que plantea interrogantes sobre las estructuras, como por ejemplo un dispositivo, o una regulación estable.
En las pequeñas crisis permanecen intactas las estructuras, las acciones se ajustan y de esta manera en poco tiempo se restablece la estabilidad. En las crisis mayores las estructuras tambalean. Las rutinas arraigadas no funcionan. Las expectativas hacia el futuro aumentan, las posibilidades de organización del desarrollo se incrementan. En esos momentos la formación capitalista está dispuesta. En una coyuntura de crisis las acciones adquieren mayor significado y los hombres pueden hacer su historia y geografía.
Cuando se producen confrontaciones sociales dentro de un orden estable se trata de crisis menores. En cambio, las grandes crisis son crisis de las estructuras, es decir de la acumulación, la regulación y el dispositivo. En crisis pequeñas las posibilidades de acción están acotadas a pequeños cambios de rumbo, pero en ningún caso a cambios radicales. En crisis mayores en cambio, es posible introducir cambios más profundos. En cualquier caso, no sólo se destruyen las viejas, sino que se construyen nuevas estructuras que en los hechos resulten duraderas. Luego de una gran crisis la sociedad transita un camino nuevo. fjchain@hotmail.com
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